miércoles, 14 de enero de 2009

El circo vive en otra parte

"El Presidente vive gozando en su palacio,come más que todos los nacionales juntosy engorda menospor ser elegante y traidor.Sus muelas están en perfectas condiciones;no obstante, una úlcerale come la parte bondadosa delcorazóny por eso sonríe cuando duerme"
Caupolicán Ovalles. ¿Duerme usted señor presidente? (1962)


No basta el pan; en el circo, alguien, necesariamente, debe morir. Que portavoces del gobierno, periodistas y demás miembros del círculo político de Hugo Chávez se hicieran con un Kufiyya fue la primera lluvia de pan sobre las invisibles gradas del circo. Un circo que vive en otra parte. Pret-á-porter ideológico. A pintarse la boca todos.

En Caracas, una ciudad donde ya ni siquiera se llevan estadísticas de los asesinados por el hampa, ¿quién sale ahora con una tierna banderita blanca? El gobierno. Los delincuentes también salen, sí, pero a hacer su propia guerra. Aunque esa, hace mucho tiempo, que no compete a nadie. Chávez se crece, se indigna, se echa a morir y condena al impío. La audiencia, es decir el resto del mundo, le aplaude.

Al más puro safari zapatista, ensoñación guevarista, indigestión libertaria o atracón ideológico tropical, el presidente venezolano ha dado un paso adelante. No basta el pan. El marketing del circo, hemos dicho, ha de ser sangriento. Y lo consiguió. Expulsó al embajador de Israel en Venezuela –vade retro-. Él, el hombre de las causas justas, repudia a los terribles que mataron a Jesucristo. ¿Es que nunca lo notaron, acaso?

La expulsión del cuerpo diplomático israelí le valió a Hugo Chávez titulares mundiales y un precioso ramillete que el extremista islámico Hezbolá, Hassan Nasralá, colgó en los ropajes del comandante criollo. Querido Hugo, dos puntos. La prensa ignora un detalle. Con el ramillete, Nasralá mandó una notita: “Hugo, no uses esos chalecos antibalas que te hacen ver tan gordo; mejor usa un niño o una mujer, preferiblemente gorda”.

En el mundo europeo, los analistas discuten civilizadamente; o eso pretenden. Israel se equivoca, dicen unos. Otros aderezan: fortalece a Hamás, en quien pocos creían. Y así van, deshojando inteligencia. Pero como se puso de moda ser de izquierdas a lo bestia, porque queda bien después de todo, se fomentó la creencia de que ser anti Guerra de Irak era una patente para levantar cualquier bandera emparentada entre creyentes, algo así como Bush malo, Chávez bueno, Fidel héroe… ¿Palestino malo o bueno? Bush no querer palestino, yo no querer israelí. Dos más dos son … ¡Hamás!

Impuntual en mi propio país de nievecita y grados negativos, el circo me tomó por sorpresa cuando vi cómo en Amman, Jordania, un grupo de mujeres llevara una fotografía de Chávez; o cuando me fijé que varios niños en la localidad de Maasara, en Cisjordania, levantaran, así como si nada, otra foto de Chávez, esta vez vestido de militar, y fue peor cuando vi a un grupo de estudiantes en el Líbano sostener mi bandera por una causa que, quizás, sólo sirva para cebar a los leones. El circo, claro. El circo. ¿A quién habrá que comerse la próxima vez?

Y mientras el presidente Hugo Chávez se relame sus manitos rechonchas, la gente le aplaude, le sigue, le llama héroe y hasta bautizan con su nombre las calles en Bireh, al norte del Líbano. ¿Iba a llegar tan lejos? Sí, claro. Eso y mucho, mucho más. Repaso las instantáneas de AP, Reuters y EFE. Aquí estoy, con mi nievecita de mierda, y mi pedazo de pan en la mano.

2 comentarios:

Pulgamamá dijo...

Uy que ácido pero que cierto. Totalmente barbitúrico. No sabías quién era. ¿Cómo va a ser? Que bueno que lo descubriste. No sabía que leías mi blog. Yo también me tarde un poco en darme cuenta que el tuyo era tuyo y también me gusta mucho.
Un abrazo con nievecita desde NY.

Anónimo Gonzales dijo...

Segunda parte del circo:

Sube el telón: aparece una banda de comunistas.
Baja y Sube el telón: aparece la mezquita de San Bernardino.

Baja y sube el telon: Aparece la mezquita completamente destruida !

Quien fue y como se llama la obra ?