martes, 18 de noviembre de 2008

La femonología del peluche. Parte II


En plena crisis de los mercados, 20 sujetos se reúnen para refundar el capitalismo. Sirvan o no sus pastas con té y macroeconomía, han pasado por alto el verdadero hoyo mundial: la crisis del discurso, en su modalidad iliquidez histórica. Una especie de índice asociado a la autoridad moral de la que dispone un individuo para hacer uso de la historia; le pertenezca o no.

De él tiran todos: el Gobierno; las personas jurídicas; los particulares; las víctimas y los victimarios; los intelectuales y escritores - ¡Viva la novela histórica!-. En ese mercado del pasado, hay pocas referencias: el olvido se cotiza tan alto como la efeméride. Por eso no habría sido extraño que alguien, el sábado pasado, en Washington, hubiese intentado un juicio contra Adam Smith.

Novelas históricas, guerras revisitadas, jueces omni-competentes, revanchismos generacionales al más puro estilo Almudena Grandes e hipotecas intelectuales, estas últimas las más peligrosas: porque aceptan por aval cualquier chapuza. La fenomenología del peluche, un performance deconstructivo. En ese lenguaje se apoltronan ciertos proveedores de discurso.

En sus Benévolas, el francés Jonathan Littel narra el holocausto a través de la historia de Maximilian Aue, un oficial de la SS cuya crueldad llega a confundirse -y hasta justificarse- con hastío. El libro se convirtió en el Harry Potter de los hornos de gas, con todo y Premio Goncourt .«La cultura no nos protege de nada, los nazis son la prueba», dijo entonces el benjamín europeo acurrucándose en las faldas de Fukuyama.

En boca de estos tipos -Littel y los que como él cotizan al alza del índice histórico - el mundo parece un asunto que hay que pasar por alto. Mejor construir verdugómetros donde la culpa sea frívola y coleccionar huesos para conseguir la fama.

En medio de una crisis de los mercados, 20 sujetos se han reunido para sacar al mundo de una bancarrota que no es la única ni la peor. Cual subprime ideológica, la fenomenología del peluche aparece como síndrome light que desnutre al auditorio. La mayor iliquidez discursiva en años. Una hipoteca intelectual que acepta por aval cualquier chapuza. El sábado pasado, veinte sujetos se han reunido para resolver una crisis que ya estaba ahí.

3 comentarios:

Anónimo Gonzales dijo...

Pamplinas !

La KSB dijo...

Tienes razón, pamplinas. Muy linda tu imagen de Magrite, lástima que tu perfil no sea público.

eliú dijo...

"...En medio de una crisis de los mercados, 20 sujetos se han reunido para sacar al mundo de una bancarrota que no es la única ni la peor...()...se han reunido para resolver una crisis que ya estaba ahí."


Interesante punto de vista que porsupuesto comparto... mira este link... quizá una de las razones estaban ahí, sin que nadie preste atención a lo que se venía:

http://video.google.com/videoplay?docid=1954933468700958565



Isra