When the world stops for snow
When you laugh
Im inside
Paper Bag. Goldfrapp
When you laugh
Im inside
Paper Bag. Goldfrapp
Corre, rápido. Cuanto más mejor. El corazón latiendo despista, deshiela, desarma; dice cosas que estás por saber. Que siga. Que siga latiendo. Bum. Bum. Bum. Así no tendrás frío; será tu pecho el que lo deshaga de un empujón. No pares de correr, de lo contrario te perderás lo mejor.
El suelo, las montañas, la carretera hinchada de nieve, los árboles, las manos, los zapatos, las ramas, las hojas, los troncos: todo duerme, tranquilo, bajo una alfombra blanca de hielo y polvo. En modo nieve, el milagro existe. Tocar, oler, respirar, habitar; estar y despertar. En modo nieve, todo parece la voz de Alison Goldfrapp.
Y mirándoles desde abajo, parecería que los pinos crecen para llevarle la contraria al hielo. Atrás, las montañas gruñen, ¿o silban? No lo sé. Quiero seguir pensando que son dinosaurios; bellos durmientes, bajo la nieve.
¿Has dejado de correr? Te dije que no; no pares. Corre, otra vez. Hunde los pies. Sumerge las manos. Rasca, rasca, rasca la nieve. A ver qué encuentras. Mira las huellas de tu propio paso. Has ido de un árbol a otro. Sin darte cuenta, ya eres autor.
Caminar sobre la nieve es como escribir. Que tu paso parezca un verbo; que el gesto de tu cuerpo quede impreso como caligrafía y te reconcilie con la página en blanco. ¿Sabes por qué? Porque más nunca tendrás miedo.
No volverás a temer al silencio de los papeles. Vendrá el viento y moverá las cosas. Vendrán tus pasos a hundirse en la nieve. Alguien los leerá, de principio a fin, como quien recorre una historia. Por eso corre. Cuanto más mejor.
Aquí arriba todo es blanco. Todo está a tu alrededor; en tu alrededor; dentro y fuera de ti. En modo nieve ya no tengo miedo. La página no está vacía, sólo está en blanco.