martes, 12 de enero de 2010

Ejercicio uno. Respiración patria. (Apuntes para una campaña)


Nos habituamos a la basura. Vivimos con ella. Luego en ella. Ahora de ella. No se trataba ya de espantar las moscas, sino de convivir y tolerar sus paseos sobre las sobras. Perdimos la ira con la que solíamos matarlas. La mosca ya no sólo se posa en el plato. Lo recorre, mejor dicho: lo conquista. Nuestra suciedad, nuestro deterioro les da oficio; también autoridad. Recuerdo que en ese entonces no comía con las manos, como ahora. No llevaba conmigo ese olor a níquel, ese áspero sudor de colector urbano. No arrastraba los ojos sobre el volante. No sabía que la indiferencia tenía sus disciplinas. Recuerdo que hubo días limpios y espacios vacíos. Me recuerdo limpio y oloroso, me recuerdo de otra forma y, para ser más exacto: me recuerdo siendo otro. Más breve, menos pesado. En ese entonces sabíamos lo que hacíamos; creo. Nadie jamás sospechó que las cosas no saldrían como alguien las planeó. Nadie lo imaginó. Ni las moscas ni nosotros.

2 comentarios:

  1. Es lamentanble tener que decirlo pero lo escrito aquì es una realidad. La situación de Venezuela se deteriora cada día un poco más.
    ¡Que Dios tenga misericordia de nosotros!

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  2. Será que de vivir tanto tiempo rodeados de basura terminaremos convertiéndonos en ella?

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