martes, 3 de febrero de 2009

De los “H”escritores y el sirope de Maple


Roberto, esta va por ti.

El redactor jefe comenzó su exposición cometiendo, aposta, tres errores. Al preguntar cuáles habían sido sus fallos, el auditorio sólo detectó uno. La situación actual del periodismo, dijo, se parece a lo que acaba de ocurrir. Y lo peor, el redactor jefe tenía una cifra y, para comprobarlo, la disparó. «El 48% de los lectores tiene nivel mayor que los redactores», dijo.

Después de la cifra, el redactor jefe completó: «¿Se puede tolerar una situación en la que una panda de ignorantes intenta formar a uno que está mucho mejor formado». Es una pregunta sensata, bastante sensata, aunque de momento a nadie le gusta escucharla. El periodista, dice, se cree con autoridad moral para informar. Si la tiene, es porque alguien se la ha dado, ¿no..? Pienso en círculo: esta discusión no va a ninguna parte.

A pesar de haber comenzado en las secciones política y sucesos, el redactor jefe se dedicó a la información económica. Desde ahí, desde el parqué y demás latifundios financieros, el redactor jefe mira las cosas, sobándose las manos con maldad. Periodistas genios, autores de una prosa que siempre ocupa más espacio que los datos, glosadores, descubridores de la verdad y poetas métricos al escribirla.

«Que la gente acceda directamente a la información en Internet, hace que el lector ya no espere una crónica hecha por un reportero, que a veces ni sabe de lo que escribe». El redactor jefe es demasiado optimista, o su ironía necesariamente ingenua; pero razón no le falta. ¿Qué pasaría con la legión de Kapuściński-eros si escucharan esto? Se arrodillarían y rasgarían las vestiduras, con los dientes si hiciera falta. Sacarían sus ediciones de Ébano y un rociador con agua bendita, y dirían: “Atrás Satanás”.

Pero de pronto, el redactor jefe trastabilla. Su espada afilada comienza a volverse punta roma, y lo que era puro veneno se convierte en un sirope. «La gente puede ir a buscar a Internet la información: leyes, sentencias, o lo que sea, pero allí no va a encontrar la munición intelectual para interpretarlo. Y eso es lo que debemos darle en la prensa escrita: análisis, creatividad, originalidad, documentación, interpretación. Un periodista debe ser capaz de entablar relación entre hechos».

Hemos vuelto al comienzo, otra vez. Periodista genio: ilumina, ilumina, ilumina con tu faro al oscurecido mundo de ignorantes; y ahora, de paso, condiméntalo. El redactor jefe se ha pagado y se ha devuelto la misma moneda. Yo ya no me río tanto. No sé qué pensar y hasta temo terminar con un rociador en la mano. Esta discusión no va a ninguna parte. Una cosa está clara: el redactor jefe está muy de acuerdo consigomismo, sus tres errores y sus redactores iletrados.

Un Hescritor con H escribe noticias en la sección cultural del periódico; luego las baña con sirope y grita: ¡Reblandécete! ¡Reblandécete!

Demasiados animales juntos azotándose en este zoológico.

1 comentario:

  1. Sois una engreída y pedante periodista Hescritora. Pero sois bonita y de ojos verdes. un beso en esa boca.

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