lunes, 15 de mayo de 2017

Sobre Canarias, una isla del espíritu




Los que me conocen de cerca saben cuán complicada es mi relación con Venezuela. Es un tema recurrente. Al que acudo y del que huyo al mismo tiempo. Esa forma dolorosa de hacer dos cosas a la vez. Estoy trabajando un manuscrito con Con Venezuela. Me duele. Me habla. Me grita y me mima como en aquella versión de Miyó Vestrini de "mi mamá me mima/mi mamá me grita" de Órdenes al corazón. Venir a Canarias es viajar en el tiempo. Es viajar hacia mi cerebro de seis años. Y el olor que experimento ahora, mar y combustible, me funde el alma. Es el olor de mis tardes de domingo en La Guaira, cuando andaba por ahí pintándome las mejillas como una mini mujer payaso a la vez que leía a Dahl y mi hermana mayor me instruía en la difícil tarea de no ser una ignorante. Si ella supiera cuánto he pensado en nuestros amaneceres en la playa estos días. Venir a Canarias me endulza y me envenena. Me da Centro y me lo quita. Aquí Me dan ganas de dormir, para soñar y volver al tiempo de la Arcadia. Aquí, duermo con los ojos abiertos, deseando traer hasta aquí a un país entero, a mis padres, a mis hermanos, a mis sobrinos, a los hijos que no tengo. El mío es un país que amo como a los imposibles. Con el dolor y la expectación de las cosas que importan. Me duele y me alegra venir al archipiélago. Porque aquí están los olores de mi isla del espíritu, como decía la Gramcko. Como La Cubagua de Bernardo Núñez, a la que tantos años he dedicado, y que se muere impublicada porque quizá no he sabido contar lo que eso me despierta . Estas islas me acarician y me duelen. Solo seré escritora el día en que las palabras me sirvan para resolver esa herida que es país. Y no sé si me explico. Pero por Dios: sal y combustible. Esos olores me arrancan y me devuelven. Es el sol de mi infancia quemándome el corazón. Y estás ganas de reír y llorar. De echar a correr. Hoy soy mis dos criaturas: Caballo y elefante. Doy coces en el aire y derribo la cacharrería de mí misma. #pueseso Eso es Canarias en mi corazón. Si ella supiera lo agradecida que estoy. Porque me devuelve. Me advierte cosas.

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