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Adónde van los que no tienen certezas; los que echan a
correr descalzos, sin ánimo de vida sana; aterrorizados y sin propósito. En
cuál plaza se reúnen los que no ametrallan cuando hablan; los que dudan; los
que se miran de reojo en las cristaleras de los balcones; los que nunca han
sido, ni desean ser, confidentes; los que viven encendidos de pura fiebre y
extraen palabras de las libretas como quien arranca champiñones, “con los pies
enterrados en mierda y con la certeza de que el producto no es un manjar” (*).
En qué bar se reúnen, para licuar el ánimo, los que sin
perder saben que la guerra se libra en otra parte. Adónde van a parar los
vanidosos. Los que sienten que el mundo les debe algo. Dónde pasan las noches
los que no duermen; los que subrayan y salen a buscar papelitos con los cuales
marcar los libros que ya deberían de
haber leído; los que no parten banquetas en la cabeza de otros y vuelven a
casa, cenizos y apaleados, apretando las mandíbulas y haciendo saltar los dientes en pedazos. A qué ejército pertenecen los que no son genios ni
enamorados; los que ni tienen ni esperan nada (*).
Con quién hablan en las exposiciones que en verdad no fueron
tan buenas; a quién le piden un deseo cuando el monedero se vacía en la fuente
seca de los días. Quiénes son los que ni emprenden ni obedecen; los que no
pertenecen; los que van, a la vez, a la derecha y a la izquierda; los que
desertaron de cualquier farmacopea; los expansivos; los desaforados; los
agotados; los que quieren apagarse como los ordenadores sin corriente; los que
se aficionan a fotografiarse con animales muertos y se disparan luego con un
rifle, y también los que -para matarse- buscarían métodos más modernos y discretos; los que, queriendo vivir, se envenenan de a poco, picoteando matarratas
o dando mordiscos vigorosos a un bizcocho espolvoreado con arsénico.
Solo a ustedes -la tribu más hermosa que se haya extinguido
jamás- pertenece la cólera, la primera palabra sobre la que alguien levantó el
acantilado de la literatura.
(*) Félix Romeo. ¿Por qué escribo? (Xordica, 2013)
(*) Chusé Izuel. Genios o enamorados.