viernes, 23 de julio de 2010

El día de la Náusea, otra vez



Últimamente pienso de más en Los Monagas. Y no lo hago disciplinadamente, ni porque esté posando de diente roto. Pienso en Los Monagas porque me viene solo. Porque la imagen del escritor arrojando la edición de su novela al Hudson, señores, da vueltas alrededor de mi cabeza. Porque el cierre de la Fundación para la Cultura Urbana, como a ustedes, me enciende un fuego parecido al que prendía en mí el retrato del reportero gráfico Jorge Tortoza, muerto en la esquina de la Pelota el 11 de abril de 2002.

He estado pensando en Los Monagas, también en el odio y en cómo se confeccionan sus mecanismos. Anoche, cuando abrí la edición digital de El País y vi a La Mano de Dios palmeando los mofletes de Hugo Chávez, henchido de poder y pleno de sí mismo tras el anuncio de la ruptura de las relaciones diplomáticas con Colombia, me di cuenta de cómo desde el año 2002 hasta hoy ha crecido una gruesa y venenosa adormidera.

Con éste ya son tres los incidentes diplomáticos –por usar un eufemismo, una guarandinga- con el gobierno de Álvaro Uribe. Vamos, que las relaciones se han roto, siempre con la clara y prístina voz de José Tadeo, perdón, quise decir de Hugo Rafael Chávez, a quien le entretiene el performance de los tanques en la frontera casi tanto como a un caudillo su montonera.

Desde hace más de ocho años, la prensa y el ejecutivo colombiano han denunciado primero el aliviadero guerrillero en suelo venezolano y ahora el campamento vacacional, con derecho a safari ideológico, en territorio bolivariano. En medio de todo esto, los huesos de Bolívar hacen cloc cloc … porque los héroes no son más que eso, un huesero, por eso se los enseño en televisión, porque el Estado señores, soy yo; la Historia soy yo, parece decir Hugo Chávez a lomo de caballo en medio de una sesión del Congreso, al más puro estilo Monagas resucitado que vuelve para tomar el congreso.

Entonces la hipótesis del odio queda travestida en la del espectáculo. Y me confundo, gravemente. El odio es nuestro, de eso no me cabe duda. Pero el circo es suyo. El día de la náusea antes me ocurría más espaciadamente y me permitía la nostalgia, incluso la revancha, como una fantasía. Ahora me queda algo distinto. Debe ser mi geografía entera apestando en la ira.

Y vuelvo a pensar en el hombre que arrojó la edición entera de su novela al río Hudson. También en todos los muertos a los que, en vida, perseguí con preguntas necias. País, País, País, País. Si agrego exclamaciones parecerán carcajadas. Pienso, a veces, ahora, en todos los muertos sustitutos, en los que ya están bajo tierra sobreviviendo al país de la Náusea. Y aunque estén muertos, ellos por lo menos son más valientes.

Pienso en Los Monagas. A veces en el rey Zamuro. La palabra patria me suena a pasapalo. Ha de ser porque hoy vuelve a ser el día de la Náusea, otra vez.

6 comentarios:

  1. En la historia venezolana el régimen de los Monagas, en especial el de José Tadeo se conocía como el peor de la historia del siglo XIX, y creo que del XX, tanto así que desembocó en una guerra fraticida que asoló a la nación. Pero por los aires que soplan el actual de Hugo Chavez lo quiere superar con creces ¡Dios tenga misericordia de los que nos encontramos en este suelo!

    ResponderEliminar
  2. WOW!!! SABES LO QUE ESCRIBES Y ESO ME ENCANTA DE ESTE BLOG!!!! ME GUSTA GUSTA TU CREATIVIDAD Y EL CONCEPTO TAN ORIGINAL QUE PROPONES EN CADA LETRAS... ESPERO QUE ME VISITES Y ME DES TUS MAS SINCERAS IMPRESIONES!!! ESTAMOS EN CONTACTO Y UN ABRAZO, NOS ESTAMOS LEYENDO

    ResponderEliminar
  3. Mr. Mac Donald... ¡Vengo de visitar Diario de una mente bizarra! Es estupeeeeeeeendo.

    Muchas gracias por visitarme. Te agradezco muchísimo tus comentarios y, te repito, me encantó tu blog!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. Náusea y odio. Yo me preguntaba antes, como hacer apara vivir asi, con eso, y decidí que no se puede. Desde entonces habito el limbo.
    Supongo que algún dia me preguntaré de nuevo si es posible habitar el limbo para siempre.

    Mientras tanto, náusea y odio

    ResponderEliminar
  5. Todo el mundo lo sabe pero nadie lo dice, mejor, nadie lo puede o debe decir. Vivo en la frontera y ciertamente estamos minados hasta la sopa... Cómo me gustaría que Chaderton o Maduro o alguno de los asalariados de Chávez se diera su vueltecita por aquí...(Aunque muchos comentan que si vienen, pero a otra cosa...)

    ResponderEliminar
  6. Hay tanta, tanta arrogancia en esta gente del gobierno.

    Fumigan la vida con la náucea de los que creen que tienen la razón. Y como van, hasta prohibirán el vómito.

    ¡Me encanta como escribes!

    Muchos saludos,

    Juan

    ResponderEliminar