"Amanece otro día en que no estaré invitado
ni a un momento feliz"
Jaime Gil de Biedma. De Senectute
La culpa es de Bolaño, Arturo Belano y Ulises Lima. También de Marsé, niño clavileño prendido de aquel broche. Culpables, todos. Goytisolo, Vázquez Montalbán y Gil de Biedma. Herralde y compañía. Balcells y sus secuaces. Una catedral convertida en tobogán hace flexiones en una cafetería de la calle Mallorca. La ramblas y sus gallos en situación de rehenes. Santa Catalina y sus hervores. Una cuesta para caracoles que sueñan con el Parc Güel o una ciudad cuyo mar huele a gasolina y guayaba. Algo se enciende dulcemente. Es la ciudad acelerando en la memoria. Los adoquines del Paseo de Gracia rompiendo contra las farolas y mis pies durmiéndose a mitad de camino hacia ninguna parte. Amanecí pensado en bicicletas. Amanecí pensando en Barcelona.
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