"Archimboldi tenía una visión de la literatura en tres compartimentos (...): en el primero estaban los libros que él leía y releía y que consideraba portentosos (...). En el segundo compartimento estaban los libros de los autores epigonales y de aquellos a quienes llamaba la Horda, a quienes veía básicamente como sus enemigos. En el tercer compartimento estaban sus propios libros". Roberto Bolaño. 2666
Si Arturo Belano es el narrador de la historia de Benno von Archimboldi, un soldado que podría ser el escritor que todos buscan, entonces Bolaño hace lo que los genios, liarse a tiros con una katana literaria, levantar su propio reino. Vivir y mandar en él como quien más.
En el país de la ficción, Bolaño parece prócer. Una estatua para llorones, souvenir para ágrafos, detective de los que sí escriben. Porque en Bolaño, a diferencia de Vila Matas, la más rabiosa tristeza es la bujía de una historia que siempre es la misma, aunque esté escrita en varios trozos.
Si en efecto, como dice Ignacio Echevarría, es Arturo Belano quien cuenta todo esto, 2666 y sus cinco partes, Bolaño sigue, monarca, en su mundo de los muertos. Reina, perfecto, en su trono. Hace libros desde la muerte y nos los envía, cariñoso, a nosotros, sus descastados.
Voy a terminar por creer que en verdad el chileno logró lo imposible. Le rompió la piernas a Macondo. Mandó al hospital a las mariposas amarillas. Enterró una muleta en La casa verde de La región más transprente, El Laberinto de la soledad se lo comió cual sopa de macarrones con queso servida en una cafetería de la frontera y el hielo de Buendía lo derritió en un whisky. A los pececitos de oro ni los tocó, ellos ya estaban ensartados, hace años, en otro anzuelo. El suyo, me da por pensar, ahora duerme en el Port Olimpic.
Bolaño, ¿dónde firmo? Yo quiero apuntarme a Sonora, el nuevo Yoknapatawpha de los chicos nebulizados y las muertas de cabello largo hasta la cintura.
Atentamente,
KSB.
Fascinante!!! Hay palabras capaces de llegar más allá de lo imposible, gracias!!!
ResponderEliminarGracias Andrea.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte para ti.