Le hubiese gustado dejarse de rodeos, acercarse y vencer, pero la anciana se vino encima, el niño gordo de la mochila cayó al suelo y el conductor pasó la parada Colón con Castellana. Ella recuperó fuerzas y caminó como lo hubiese hecho la hermana de Ungar. Anduvo. Un paso, dos, tres. Permiso, disculpe, permiso. Reina del avispero, puro arpón y polaramine, abeja reina del número catorce en dirección Atocha.
Empujó, un poco. Un poco más. Hasta llegar, más cerca. Quiso ponerse de frente y apenas moverse. Quiso sostenerle las mejillas con ambas manos, respirar poco a poco, y mirarlo sólo como puede mirarse a un hombre que duda en medio de la oscuridad.
¿Puede saber que está allí? ¿La huele? ¿Puede calcular qué tan cerca está? ¿Escucha el zumbido de su vestido de abejas? Ella sigue allí, como una hermana impotente, mirando esos ojos azules que no lastiman a nadie y zigzaguean sin puntería. Ella mira, pidiéndose no hacerlo demasiado.
De pronto una mujer gorda, pequeña y blanca -¿su madre?, sí, su madre- le coge por el brazo y lo trepa en su bastón de niño braille. Y ella, muriéndose por quererlo, se queda fija viendo cómo se baja en la próxima, torpe y albino, precioso como un recuerdo, perdido por completo bajo la noche de Recoletos.
Es el hombre sin edad de los martes. El rubio del catorce. Es el ciego más hermoso de esta ciudad.
"Love, love is a verb
ResponderEliminarLove is a doing word
Fearless on my breath
Gentle impulsion
Shakes me, makes me lighter
Fearless on my breath
Teardrop on the fire
Fearless on my breath"
Tenía mucho sin leer nada que me conmoviera un tanto. Nada que me recordara la mirada perdida y las manos torpes. Buena elección tomarme algo de speed leyendo tu blog!
ResponderEliminar"Nine night of matter
ResponderEliminarmy black flowers blossom
Fearless on my breath
Black flowers blossom
Fearless on my breath
Teardrop on the fire
Fearless on my breath"
Mientras leía tus líneas... Este tema ambientaba la lectura.... Excelente! me encanta las crónicas de tu blog. Un beso